sábado, 15 de agosto de 2009

LLEVO A MI PAÍS POR DENTRO


LETRAS DOMINICANAS.

NORBERTO JAMES:

"Yo al país lo llevo dentro"

Ángela Peña[°]

Muchos que lo conocieron en su infancia, aprendiendo a leer y a escribir en inglés con mister Whinston Broode, en la sacristía de la iglesia episcopal San Gabriel, del ingenio Consuelo, no han vuelto a tener noticias suyas.

Tampoco han sabido de él sus condiscípulos del colegio San Esteban, de San Pedro de Macorís, ni los que le acompañaban en el coro que formó el reverendo James Douglas, donde cantaba bajo y tocaba al piano los boleros de moda o las canciones de Los Plate ros junto a Sony George, un tecladista cocolo como él "que le en traba también a dos manos" al viejo instrumento.

¿Qué habrá sido de sus pinturas, realizadas gracias al estímulo del padre Douglas y que expuso en el auditorio de la Iglesia Epi fanía de la avenida Independencia? ¿Lo echarán de menos sus com pañeros Cándido Bidó y Elsa Núñez, de la Escuela Nacional de Be llas Artes, donde conoció a Payeyo García, Cocó Gontier, el Condecito Ramírez, Norberto Santana, Vicente Pimentel, Miguel Alfon seca, Rosa Tavarez, Fello Olivo (alias Fello Cachucha), Gisela Risk y José Cesteros y donde tuvo como profesores a Mairení Cabral, Aí da Cartagena Portalatín, Antonio Fernández Spencer, Marianela Jiménez, Nidia Serra, Domingo Liz...?

¿Qué será de Norberto James? se preguntarán sus compañeros de la Normal Nocturna Eugenio María de Hostos, de Articiencia, del Centro de Estudios Padre Billini o los que trabajaron con él en la Unidad de Empaques de sobrecitos de detergente en polvo de la Colgate Palmolive.

A veces, la imagen y la voz del poeta les llegará al recuerdo a los que fueron, como él, operadores telefónicos en CODETEL, a donde lo llevó Celso Thompson quien lo contrató “pese a su enton ces irónico y hasta estridente pro-norteamericanismo” sabiéndolo opuesto a la política de los Estados Unidos.

Después de su regreso de La Habana, donde recibió título de Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas en la vieja Escue la de Letras, hoy Facultad de Filología; luego de haber sido Je fe de Educación del Consumidor en el Plan de Ventas Popula res del INESPRE; de su docencia en el Centro Regional de Na gua y de ocupar la función de Encargado de Educación y Comu nicación en la Comisión Nacional de Política Energética, el au tor de “Los Inmigrantes” se esfumó para el común de los domi nicanos, acostumbrados a ver sus fotos y poemas en los suplementos de los diarios.

Norberto Pedro James Rawlings está en Estados Unidos desde 1983 y es uno de los criollos que mayor prestigia, con su trabajo, su conducta, su capacidad y su presencia la comunidad dominica na en Boston, donde reside.

Profesor en cinco universidades, Boston University, Boston Co llege, Bentley College, Massachusetts College of Pharmacy y Ema nuel College y de dos escuelas privadas, St. Marks School y The Cambridge School, no hay actividad en el círculo literario de USA donde no se incluyan su nombre y alguna de sus obras junto a los de reputados intelectuales de diferentes países que ocupan aquel mismo espacio.

“Te puedo asegurar, sin falsa modestia ni rubor, porque los ne gros no nos ruborizamos, que para ninguno de los puestos que he desempeñado influyó mi parecido a Sidney Poitier. En casi todos casos mis credenciales me precedieron y en dos, fui contactado personalmente por las instituciones interesadas en mis servicios. No quiero dar la impresión de que ha sido “a piece of cake” o para decirlo en buen dominicano “un fly al catcher”. No. La compe­tencia es fiera, especialmente aquí en Boston

Para dar un ejemplo, confiesa: “Hubo ocasiones en que tuve que hacer de 20 a 40 copias de mi curriculum vitae, enviarlos para competir por un puesto de trabajo, sin recibir siquiera una respuesta favorable. Luego de algún tiempo se entera uno que estuvo compitiendo con no menos de 300 candidatos”.

Huyéndole a una Trampa

La visita a James, en Boston, es tan fugaz que apenas alcanza para saludarlo, después de tantos años, tomarle algunas fotos por el centro de la ciudad de Boston y, mientras conduce haciendo esfuerzos en una “hora pico” para conseguir estacionamiento, saber qué ha sido de su vida.

Luce vigoroso, jovial, detenido en los años de edad, feliz, casual y deportivo. Cuando decidió marcharse su entorno inmediato “se fue convirtiendo en trampa, en el más amplio sentido, y escape por la vía de dos becas universitarias que obtuve después de solicitar admisión a varias universidades norteamericanas (Gainsville en Florida) para una maestría en Antropología y Boston University, aquí en Boston, como Teaching fellow, para completar mis estudios para la Maestría. La de Gainsville fue gracias a la buena voluntad de José del Castillo, entonces Director del Museo del Hombre Dominicano”... pero al día siguiente del recibo de un cable confirmando su aceptación al programa, “me llegó la carta de Boston Uníversity en la que me asignaban los fondos para mis estudios de Maestría. Opté por la de Boston por dos motivos: mi madre vive en Nueva York y en Boston estudiaría literatura, que era mi objetivo...”.

-¿Qué es eso de trampa, qué quieres decir?- “Digo trampa en el sentido de ausencia de libertad en todos los sentidos, esto es, libertad de movimiento, libertad espiritual. Si recuerdas el libro que publiqué en esos años, Vivir, ninguno de los poemas escritos durante ese periodo aparece en ese poemario. Sólo incluí los escritos acerca de mi estancia en La Habana. Estimé una imprudencia publicarlos, eran demasiado desgarradores, reveladores del pequeño infierno que llevaba dentro. A esa trampa me refiero. Pero el tema es demasiado íntimo, como para abordarlo aquí, a menos que quieras asumir papel de mi analista”.

“Llevo al País Dentro”

Nació el 6 de febrero de 1945, “aunque mis documentos oficiales dicen que fue el 21”, hijo de Aubry James, químico azucarero retirado que reside en el Ingenio Consuelo, de San Pedro, y de Dolores Rawlings (Nenita), que antes de emigrar a New York, en 1966, trabajó como doméstica de una familia norteamericana, luego en la embajada inglesa y más adelante en la residencia del gerente de la Colgate Palmolive. En Estados Unidos ha sido “elderly house help”, ayudando envejecientes. Acaba de retirarse.

A su trabajo intelectual James agregó el de guionista y asesor musical en Radio Progreso, emisora muy popular en Cuba, y durante un verano trabajó en la Biblioteca Pública de Boston, iniciando la transferencia a computadora de los ficheros de libros en español.

Su labor literaria no ha sido interrumpida pese a tantas cargas académicas. A Sobre la marcha, La provincia sublevada, Vivir y Hago Constar, ha añadido dos nuevos libros, “Denuncia y Compli cidad”, que acaba de imprimir Editora Taller, y “Cuaderno Rojo”[*] que, aunque inédito, ya han aparecido algunos de los poemas que contiene en los programas de actividades culturales norteamerica nos en los que regularmente se incorpora a James.

Ahora ha revivido un viejo proyecto, el de la edición de un “Directorio de Dominicanistas”, con académicos y especialistas de diversas disciplinas que hayan estudiado y/o estudian temas relacionados con la República Dominicana. “Con la creación del CUNY Dominican Studies Institute, de la Universidad de la Ciudad de New York, y con el profesor Silvio Torres-Saillant al frente, está a punto de materializarse como publicación de esa institución, edi tada por mí”.

James casó en Boston con Beth Carter Wellington, a quien conoció “al tercer día de llegar a Boston, en un seminario de narrativa latinoamericana”, madre de su hijo Norberto W. James, alias Tito, “de cuatro años, bilingüe y buen bailador”. De su matrimonio anterior en Santo Domingo son sus hijas Malva Mariana y Ruth Esther James, nacidas en 1980 y 1981.

La habitación que compartió en la adolescencia con Andrés L. Mateo Martínez en Ciudad Nueva; el programa de radio con José Enrique Trinidad y Cuchi Elías; las llamadas telefónicas y las car tas por correo tradicional y electrónico a sus amigos surgen en la conversación y se le pregunta por qué ha estado tantos años desvinculado de la Patria.

“Yo no he estado desvinculado. Si defines desvinculado como persona que no visita un lugar frecuentemente, tengo que aceptar que he estado desvinculado. Sin embargo, yo no lo defino así. Yo al país lo llevo dentro. Si visitas mi casa, lo primero que notas es una Bandera dominicana a la entrada y dentro, lo primero que llama la atención de todo el que me ha visitado es un diablo cojuelo, regalo de boda de Freddy Ginebra, un cuadro de un pintor dominicano a quien no recuerdo de nombre y en las paredes del comedor la serie de casa de Lobo, también regalo de boda de Cocó Gontier y Alfredo Cordero, CD de música dominicana, la revista Rumbo, etc.. En fin, estoy desvinculado de los chismes y la oleada de mezquindades y serruchadera de piso que creí pasadas de moda”.

-Pero estás integrado a la sociedad norteamericana...- “Claro! Soy ciudadano. Estoy casado. Comparto la jefatura de una familia. Trabajo. Pago, puntualmente, mis impuestos estatales y federales como la mayoría de la población”.

“No Añoro el País del que Ha Desaparecido Narcisazo”

-Hablemos de tu poema “Los Inmigrantes”. Ha sido musicali zado, se publica y se cita casi siempre que se alude a los cocolos. Hay quienes sólo te conocen por ese poema. ¿Por qué no ha ocurrido igual con otras obras tuyas?

“No dejo de asombrarme, la verdad y, claro, me satisface ver que se le haga justicia a un poema que es tan parte de mí. No recuerdo exactamente el año, pero durante la primera visita que hicieron Víctor Víctor y Sonia Silvestre a Cuba, en el aeropuerto José Martí, Vitico con el abrazo de bienvenida que le daba me dijo, con exagerado acento cibaeño: “Heimano, yo si le debo música a uté! “. No entendí de lo que hablaba, hasta la noche de la presentación en el teatro Carlos Marx cuando “La Peligrosa” hizo la pequeña introducción. Inicialmente tuve mis reservas, pero músico también, a mi manera, entendí la lógica de la utilización de los fragmentos cantados. Quienes me conozcan únicamente por ese poema, obviamente son lectores de antologías o no han leído mis otros poemarios...

-¿No extrañas el país? ¿Esta nación era una meta en tu vida?

“Yo llevo dentro, lo dije ya, la República Dominicana que añoro. No añoro el país del que ha desaparecido Narciso González, por el que murieron Maximiliano Gómez, Guido Gil, Amaury, Henry Segarra, Amín Abel y tantos otros. Muchos aspectos y subrayo mu chos aspectos, de la vida de este país (Estados Unidos) institucio nes sólidas, respeto a los derechos humanos, libertades, fueron, son meta en mi vida y por eso vivo aquí”.

[°] Reportaje originalmente publicado en el periódico Hoy y reproducido en "Dominicanos en Nueva York", Editoria Corripio, Santo Domingo, 2000.

[*] En 1997 dimos a conocer en estas páginas de Letras Dominicanas este poemario, que posteriormente Norberto re-titularía como "Urdimbre del silencio" [Nota de M.D.Mena].

Letras dominicanas

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